Lo tenía pendiente durante mucho tiempo a este autor angolano-portugués. Es un escritor joven, medio-loco y muy prolífero (comenzó hace relativamente poco y ya es traducido en 45 países, publicando varios volúmenes por año) y ahora también ganador de muchos prémios. No sé porque, y lo sabía ya antes que su narrativa me iba a encontrar ahí mismo donde quería y así hizo.
Solo leí un librito de cuentos, água, cão, cavalo, cabeça que forma parte de los Cadernos de Gonçalo M. Tavares o de la serie Livros Pretos (no entendí bien) y tiene menos de 100 páginas. Me enteré ahora que este libro curiosamente ganó en 2006 el mismo prémio (Grande Prémio de Conto Camilo Castelo Branco) que en 2007 había ganado Ondjaki con Os da minha rua que reseñé acá el mes pasado. Son cuentos de entre 1 y 3 páginas, fragmentos más que historias, más centrados en la acción y la materia de la circunstancia que en los personajes, transmitiendo más sensación de que razón. Habla/observa/piensa de los locos, de los violentos, de los solos, de los pobres, de nosotros.
Estoy con sed de leer más.